Para nuestros menús solo usamos
ingredientes 100% frescos y naturales.
No añadimos ningún tipo de conservante
o aditivo
a nuestra comidas.
Estamos orgullosos de cultivar
algunas de las frutas e hierbas
en nuestros propios campos, Las otras son procedentes de granjeros
que conocemos personalmente, y que se aseguran
de que todos los productos cumplan
los estándares de la más alta calidad.
No solo prestamos atención al proceso de liofilización, sino que también, a la manera de preparar nuestros menús. Siempre escogemos ingredientes de alta calidad. Además cada menú es cocinado – tan normal como se prepara un plato – antes de que sea liofilizado. El resultado obtenido es el auténtico sabor de un menú casero.
El proceso de liofilización permite el mantenimiento de la forma y tamaño de todos los ingredientes. Cogemos ventaja de esto y cortamos todos los ingredientes en el tamaño de un bocado. En consecuencia, nuestros menús no sólo saben a platos caseros, también lo parecen.
Para asegurar de que nuestros menús son seguros en todos los aspectos, se supervisan dos veces en el laboratorio, una vez antes de ser cocinados y una segunda vez después del proceso de liofilización.
La comida liofilizada tiene una alta cantidad de calorías. Además, mantiene todas las vitaminas y minerales de los alimentos. El consumo de nuestros menús permite generar el máximo rendimiento físico.
Durante el proceso de liofilización el 98% de la humedad desaparece, lo cual reduce su peso. Nuestros menús son de bajo peso y empaquetados de manera compacta.
Nuestra comida se puede almacenar durante años. Como el contenido en agua se saca durante el proceso de liofilización, los microorganismos y enzimas de acción son inhibidos. Cada bolsa se cierra herméticamente y contiene un absorbente de oxígeno.
En el primer paso de liofilización el producto está congelado. Entonces la presión circundante se reduce dando como resultado un vacío. El contenido congelado de agua sublima directamente de la fase sólida a la gaseosa.
El proceso dura entre 16 y 24 horas dependiendo del tamaño del producto. A través de la deshidratación el plato pierde más del 90% de su peso original. La humedad se reduce al 2% la cual inhabilita la acción de microorganismos y enzimas.
En un sellado hermético envasado del producto permite ser almacenado durante años a temperatura ambiente, sin necesidad de refrigerar.
La comida liofilizada fue hecha por primera vez a finales de los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, con la amenaza de la Guerra Fría miró a los ojos de los ciudadanos americanos. Información sobre la URSS y el miedo a las armas nucleares, hicieron la necesidad de crear refugios para los civiles y la posibilidad de sobrevivir en un refugio por mucho tiempo.
Más tarde, a petición del gobierno de los Estados Unidos, los primeros intentos se hicieron con la intención de producir alimentos que se pudieran consumir en situaciones extremas sustituyendo la comida tradicional. El proceso de liofilización fue previamente conocido pero sólo con éxito en la producción de medicamentos y vacunas. El próximo evento importante que podría estar relacionado con el éxito de la liofilización, como método de conservación de los alimentos, fue la conquista del espacio. En la era de los viajes espaciales las comidas liofilizadas eran un elemento indispensable de la dieta de los astronautas durante sus viajes. Después de ser probado en condiciones tan extremas, los menús liofilizados han sido también escogidos como comida para tropas especiales.
Éstos ejemplos muestran lo única que es la comida liofilizada, y eso es simplemente irremplazable en situaciones extremas. La comida liofilizada ha destacado exitosamente sobre todos los retos y ha revolucionado la industria alimenticia. La liofilización ha encontrado su niche en la industria de la comida procesada y tiene un lugar estable en las especias, frutas y menús de alta calidad.
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